Siempre es complejo comenzar un comentario, esta no es la excepción. Al hablar de Midnight Diner debemos considerar que, según Netflix, es una producción para mayores de 13 años, aunque personalmente creo que es más disfrutada por mayores de veinte. Formalmente hablamos de diez capítulos aislados, cada uno con una historia que contar; llena, completa y rebosante de la cultura Nipona, no solo de cultura, sino de sociedad y auto-miseria humana. Cada capítulo humaniza la visión robótica que el resto del mundo tiene, de los japoneses y los orientales en general, puesto que no son, sólo una sociedad bien estructurada y con problemas en su expresión de sentimientos, sino que también son personas con problemas existenciales profundos que arrastran por muchos años hasta complementarlos en su personalidad.
Estas primeras palabras espero no desanimen a nadie, pues la verdad es que pienso que esta es una obra de arte digna de ser vista por todos y me gustaría destacar tres aspectos que considero fundamentales y que personalmente, otorgan a Midnight Diner tal categoría.
1. El contenido es muy inteligente. Cada episodio son veinte minutos aproximados, que como se mencionó anteriormente, narran una historia distinta. Todas estas siempre giran en torno a un local de comida que siempre tiene el mismo menú; su dueño es el cocinero, barman y consejero de la serie, personaje encarnado por el actor Kaoru Kobayashi. El nombre de la serie proviene precisamente de este concepto, pues la gracia es que este local abre a la medianoche, por lo tanto los más diversos e interesantes personajes toman cita para dar forma a la narración, entregando frescura a cada capítulo, que en su conjunto entregan a toda la producción una identidad muy propia y robusta. Cada historia, está muy bien pensada, bien armada y bien contada, creo no haber tenido la sensación de “a este episodio le faltó”, más bien quedaba con ganas de más, pero desde el buen punto de vista, pues uno de sus puntos fuertes es la solidez de su narrativa que es impecable, clara y agradable.

3. Personajes. Creo que el desarrollo de personajes es importante en todas las producciones, sin importar la categoría, si sus figuras no crecen, la producción tampoco, puesto que siempre deben avanzar en la dirección que la historia los lleve. Como ya sabemos, estos son muchos cuentitos con sus distintos protagonistas, cada uno con su verdad y realidad, sin embargo, aún cuando solo tienen veinte y algo minutos para contar el relato, son aprovechados muy bien. El desarrollo en algunos personajes es suficiente, en otros muy bueno, pero me atrevería a decir que ninguno queda corto. Y este, es una de las fortalezas de la serie, sus personajes son todos complejos en su realidad. Pero la historia puede ser contada con la suficiencia adecuada para que pueda concluir satisfactoriamente.
En general, me gusto mucho, pero si puedo criticar su ritmo, que es muy distinto al occidental común, esta es su mayor virtud y también puede llegar ser su peor defecto, pero esto depende del observador. La serie es pausada, no alcanzas a perderte nada y cuando piensas en ella, parecen esas historias de tus abuelos: con muchos detalles, humor distinto que no siempre entendemos, no obstante sientes la intención de querer dejar de oir (ver en este caso) pero te interesa saber como terminará. Todos sus personajes “importantes” o cada protagonista encuentra su conclusión, inclusive los que piensas no tienen ninguna, lo que me pareció una maravilla.

Con el comentario anterior no espero dar una cátedra intelectual acerca de la serie, solo la opinión de un tipo como ustedes.
Espero sus comentarios, acá no se cuenta la verdad, solo una de sus ópticas: la mía.
Saludos
Moikas.
PS: Gracias a Narrametrajes por permitirme escribir con ellos, este es el primer post y estoy entusiasmado por compartir más con ustedes.
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