Si podríamos pensar en grandes discursos sobre
la vida en el cine, es imprescindible tener presente al profesor de literatura Fernando
Robles en la película “Lugares Comunes”. Tras llegar a su trabajo e instalarse
en la sala de profesores, se entera vía carta, que será jubilado unilateralmente
por razones económicas. Busca inútilmente explicaciones en el director, sin
embargo ya la decisión estaba tomada.
Ya en el aula y frente a sus alumnos, se sale
del protocolo y les da un discurso sobre cuál es la finalidad del profesor:
“Me preocupa que tengan siempre presente que
enseñar quiere decir mostrar. Mostrar no es adoctrinar, es dar información pero
dando también, enseñando también, el método para entender, analizar, razonar y
cuestionar esa información.
Si alguno de ustedes es un deficiente mental y
cree en verdades reveladas, en dogmas religiosos o en doctrinas políticas sería
saludable que se dedicara predicar en un templo o desde una tribuna.
Si por desgracia siguen en esto, traten de dejar
las supersticiones en el pasillo, antes de entrar en el aula. No obliguen a sus
alumnos a estudiar de memoria, eso no sirve. Lo que se impone por la fuerza es
rechazado y en poco tiempo se olvida. Ningún chico será mejor por saber de
memoria el año en que nació Cervantes. Póngase como meta enseñarles a pensar, a
que duden, que se hagan preguntas. No los valoren por sus respuestas. Las
respuestas no son la verdad, buscan una verdad que siempre será relativa.
Las mejores preguntas son las que se vienen
repitiendo desde los filósofos griegos. Muchas son ya lugares comunes, pero no
pierden vigencia: qué, cómo, dónde, cuándo, por qué. Si en esto admitimos,
también, eso de que “la meta es el camino”, como respuesta no nos sirve.
Describe la tragedia de la vida, pero no la explica. Hay una misión o un
mandato que quiero que cumplan. Es una misión que nadie les ha encomendado, pero
que yo espero de ustedes, como maestros, se la impongan a sí mismos: despierten
en sus alumnos el dolor de la lucidez. Sin límites. Sin piedad”
Ha muerto Federico Luppi, el actor que encarna
al personaje de este profesor y la pregunta es aún la misma ¿Cómo no extrañar
esa lucidez? esa capacidad ya desprovista de un valor sustancial en la
educación actual y en muchos lugares de vida presente. La película no es solo
esta escena y por supuesto Federico Luppi no es solo “Lugares Comunes”. No
obstante, es preciso entregar este pequeño homenaje a esa escena que nos ha
regalado el cine, un cine que al igual que en el aula debe a veces “despertarnos”
sin piedad.
Titulo: Lugares Comunes
Director: Adolfo Aristarain
Año: 2002
Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=1wKnUyipPSg