(PROSA-CINE) Pizarnik & Chaplin: El Mirar Parcial en el Amor.

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Hay amor cuando lo ojos ven distinto, cuando el mirar es indisciplinado, cuando la realidad se presenta como un simulacro que al “que ama” no le importa o no necesita enterarse. Nadie más que él puede tener, obsequiar o ejercer el amor que siente por… Esto es efecto de muchos elementos, pero es evidente que el amor le debe mucho a lo irracional y al “sesgo” emocional. Hay algo que amamos, pero que no lo vemos precisamente como los otros lo ven. He aquí lo que es en cierto caso lo que desea exponer Alejandra Pizarnik en su pequeño escrito “Un Rostro”.


Hay un rostro que necesitas mirar como el mismo respirar, aunque no lo puedes ya mirar como lo otro, pues hay una parcialidad afectiva que justamente es condición del amar mismo. No obstante, cuando ese amor ya no está, pues ¿Qué se deja aún sostener de ese amor? cuando el objeto que se mira (el rostro) pierde su brillo emocional y paradójicamente se aclara, se esclarece, se hace tan llano y sin matices, que se vuelve un rostro cualquiera que se puede al fin mirar seriamente. He ahí el punto más indicativo que ya no se ama como se intuye al final del texto de Pizarnik… 

“…y con renovada esperanza lo mires de nuevo, decidida, esta vez, a mirarlo en serio, de verdad, lo cual, y esto también lo sabes, te resulta imposible, pues es la condición del amor que le tienes”

Pero ¿Qué pasa cuando ese rostro (de golpe) se presenta llanamente junto con lo otro? ya sin nudos sentimentales, sin esas idealizaciones tan propensas del habitar amoroso. Habría que decir que en ese preciso momento, cuando el rostro del otro se ve como en “realidad se ve” para los otros (todos), hay un desmonte de la ilusión y la idealización, pero una ilusión y un ideal que era condición del amor. Precisamente es en “City Lights” de Charles Chaplin donde esa idealización del amado se presenta desde su origen y pasa por su afianzamiento…




Charlot (Chaplin) es un pobre vagabundo sin hogar que conoce y se enamora de una florista ciega (Virginia Cherrill). Su amor en cierta medida es correspondido pero bajo la condición de que la florista al conocerlo lo confunde con un millonario y Charlot impulsado por seguir un romance con ella, mantiene esa idea. Al pasar la historia y después de muchas peripecias, la florista recobra la vista y se encuentra con el Charlot vagabundo, no reconociendo obviamente a su amado en principio…



 Ella le toma las manos a Charlot y le reconoce dramáticamente… y ¿qué es lo que pasa cuando ese rostro ya puede mirarse seriamente? El qué antes amaba, en verdad ya mira, en verdad observa y ya la propia realidad deja de simular, pero la pregunta sería ¿sigue siendo ese amor posible?

TITULO: City Lights (Luces de la Ciudad)
DIRECTOR: Charles Chaplin.
AÑO: 1931.

Fuga de Sueños

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