LECTURA: Palabras. Alejandra Pizarnik.
Se espera que la lluvia pase. Se espera que los vientos
lleguen. Se espera. Se dice. Por amor al silencio se dicen miserables palabras.
Un decir forzoso, forzado, un decir sin salida posible, por amor al silencio,
por amor al lenguaje de los cuerpos. Yo hablaba. En mí el lenguaje es siempre
un pretexto para el silencio. Es mi manera de expresar mi fatiga inexpresable.
"Palabras" Alejandra Pizarnik.
"Palabras" Alejandra Pizarnik.
Son
muchas las interpretaciones que se pueden dar de este relato, no obstante la más
inquietante tiene que ver con una pregunta ¿Es el lenguaje capaz de expresar todo?
Podemos partir de la idea que es evidente que todo decir, todo explicar, todo describir
es incapaz de expresar ciertas profundidades o enigmas latentes del ser humano.
Creo que uno de los momentos más manifiestos de esto, es en lo que sucede en el
momento de la muerte. Todo decir acerca de ésta, tiene un valor minúsculo al
lado de lo que ella produce o deja, lo que queda es precisamente lo que ya no
puede llevarse a la palabra, por eso se corresponde con ese guardar “un minuto
de silencio”.
¿Qué pasa con una actitud más contemplativa? Creo que en este caso, todo
preguntar y toda reflexión acerca del dolor, solo atestiguaría y añadiría más o
menos nuevas perspectivas de él, pero el sentir mismo quedaría intacto, pues la
mera contemplación intelectual ni siquiera llegaría a poder dialogar con él, ya
que ambos son efectos de mundos que siempre han jugado a distancia, con
distantes lenguas y tonos. Esa distancia e impotencia de la reflexión
intelectual y de la misma prosa son descritas muy bien en una parte del cuento “Vida
de Anne Moore” de Roberto Bolaño…
“El resto del
tiempo paso casi sin darnos cuenta. Ya no recuerdo que nos dijimos, que nos
contamos, cosas sin importancia, seguramente. Luego me marche y nunca más la
volví a ver. Al cabo de un tiempo recibí una carta suya, escrita en español,
desde Great Falls. Me contaba que su hermana se había suicidado con una
sobredosis de barbitúricos. Sus padres y el compañero de su hermana, un
carpintero de Missoula, estaban destrozados y no entendían nada. Pero yo
prefiero callar, decía, no tenía sentido añadir a este dolor más dolor o añadir
al dolor tres enigmas diminutos…”
¿Qué pasa con la labor poética? Alguna vez Theodor Adorno proclamo la idea de
que “Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”, pero si no
es con la poesía ¿Con qué? Es evidente la imposibilidad de representación directa
del dolor, pero hay formas en el lenguaje diferentes, y la poesía justamente no
se crea desde la literalidad, no se enfrenta al mundo directamente, pues se
camufla, sus caminos no son inmediatos, pues sabe de antemano que lo que
intenta representar, se resbala y se escapa constantemente. En muchos casos son
las llaves y herramientas de lo poético, las únicas posibles de acercarse a esos
nudos del mundo, llamadas dolor, amor, soledad, angustia, Dios, muerte, etc.
Como si la labor poética ya supiera o se escribiera de antemano, siendo fiel a la idea que continúa
en el cuento de Bolaño…
“…Pero yo prefiero
callar, decía, no tenía sentido añadir a este dolor más dolor o añadir al dolor
tres enigmas diminutos, como si el dolor no fuera suficiente enigma o como si
el dolor no fuera la respuesta (enigmática) de todos los enigmas.”
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