Y bailare contigo la dulce balada de pensarte, de recobrarte aunque sea en este ebrio delirio, linda mía…
Hace más de un mes, me entere del
lanzamiento de este libro y definitivamente otra espera se impregno en mi vida.
Solo había leído de Pedro Lemebel la novela “Tengo Miedo Torero”, la cual había
pasado totalmente desapercibida a la hora de hacer rememoraciones de los libros que leí en mi juventud. Aunque, con el pasar el tiempo, los aprendizajes, las
recomendaciones y obviamente la publicidad me hizo generar una inquietud respecto de la
escritura de Pedro Lemebel, específicamente de sus crónicas. El lanzamiento de
su libro póstumo “Mi Amiga Gladys” fue la conjetura temporal perfecta para enfrentarme
por primera vez a sus ellas.
“Y en esa magia colectiva que desplegaba la Gladucha, nos sumamos varios, nos comprometimos muchos a marcar el hipócrita transcurso de la transición con el lacre fuego de un clavel nombrado Gladys. Así, como quien emprende una cabalgata justiciera, nos vimos empujando el sueño rabioso de nuestra proscrita peble, junto a la chica que, con sus ojos de oscura miel, embrujaba el alma izquierdosa...”
Este libro no se trata precisamente de
crónicas sobre una persona (Gladys Marín), sino de un compendio de ellas donde
Pedro Lemebel escribe en distintos contextos y Gladys Marín aparece en cada una
de ellas como compañera de andanzas, centro de atención, recuerdo, figura de
homenaje y/o como añoranza. Se nota, y no puede ser de otra manera, que Pedro
Lemebel reconoce en su “amiga” Gladys una llama de memoria militante, aquella
que se resistía a los acuerdos de olvido implantado por el Estado chileno.
“...Hasta hoy adoro su mirada frontal y desafiante,
recuerdo en esos días, un almuerzo con Elena Poniotowska, quien al conocerla,
dijo que sus ojos le recordaban al subcomandante Marcos. Son lentes de
contacto, niña, exclamé haciendo un chiste. No, Pedro, no hablo del color, me
refiero a la forma de mirar. Y ahí quede yo como tonta, frente a la escritora
mexicana y a la Gladys, riéndose a dúo de mi liviano comentario.”
“Mi Amiga Gladys” no es libro Biográfico, tampoco
es un libro homenaje a la figura de la extinta Secretaria General del Partido
Comunista de Chile; es más, un compendio de instantes y contextos disimiles, donde el cronista, la diputada y Chile se cruzan, para darnos pequeños retazos
de la historia de un país, por una parte, donde la izquierda y la política ya no es la misma. Donde, por otra parte, la narrativa chilena vive mucho más que antes de la promoción editorial. “Mi
Amiga Gladys”, es un reflejo de esto ultimo, un libro donde su título se pelea con su contenido, pero que al final y obviando ese problema, deja aperturas para pensar lo que fue Chile y lo que
fuimos, y lo que ahora podríamos ser. Un libro que debemos leer y disfrutar,
como un libro de Pedro Lemebel, más que como un libro concretamente “sobre (su amiga) Gladys Marín”.
¿Desde qué lugar se podrá perfilar el
peregrinaje de esta mujer, sobrevivida a las brasas históricas que aún humean
el ocaso del pasado siglo?
Mi Amiga Gladys.
Autor; Pedro Lemebel.
Año: 2016.
Editorial: Seix Barral.
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