American Horror Story, es una serie original de FX, que ha
marcado un precedente en la pequeña pantalla, por llevarnos hasta nuestros
hogares lo mejor del género de terror. AHS (como llamaremos a la serie desde
ahora), hace un muy buen trabajo homenajeando al género con muy buenas
referencias, con un trabajo más que delicado en la dirección de cada capítulo y
las grandes actuaciones que veremos. Cabe destacar, que cada temporada es
independiente a la otra, es decir, que cada una de ellas nos entrega una
historia diferente que termina cuando acaba ese ciclo.
La segunda temporada de AHS fue titulada Asylum, que hace
referencia a una antigua casona con un pasado terriblemente tormentoso, que en el año 1962, es un hospital psiquiátrico administrado por unas religiosas con
pensamientos muy arcaicos de lo que es la psiquiatría. La temporada narra la
historia desde la época actual donde una pareja de jóvenes ingresa en este
edificio abandonado, en la cual comentan una antigua historia sobre “Bloody
Face”, un asesino en serie con orígenes en que el hospital psiquiátrico aún
funcionaba. Aquí comienza la historia en paralelo desde el año 1962 y la era actual.
La premisa anterior queda corta con todo lo que sucede en esta
temporada. La muerte y la tortura (que no es explícita), van de la mano con la
empatía que nos generan los personajes involucrados, que pasan por todo ese
tormentoso lugar. Van de la mano con la impotencia que transmiten los
personajes, al no poder escapar de cada celda mental en la que se encuentran.
Por otro lado está la injusticia de la que somos testigos, donde la evolución
de personajes se transforma en la decadencia de éstos, en minimizar al ser
humano hasta lo más bajo, ridiculizándolo o humillándolo, incluso,
experimentando con él, en un abuso que se concreta en deshumanizar.
La fortaleza de los personajes recae en sus compañeros, en
ellos se refugian y dan vida a un
universo que configuran para poder escapar de allí, aun que sea, un instante
tan insignificante como lo es el último latir antes de morir.
AHS tiene eso, los personajes, son ambiguos, no son ni buenos
ni malos, en momentos de debilidad ayudan a otros, en cambio para su
conveniencia no tiemblan cuando se perjudica a otro. Los personajes son reales
y no están tan marcados. No hay héroes o villanos, sino que el contexto y la
salud mental del momento los definen.
Junto con lo anterior, son las actuaciones bien logradas,
además de las caracterizaciones, el maquillaje, lo sombrío de la ambientación,
la paleta de colores y sin duda, la cantidad su subtramas que tiene en
particular esta temporada, es lo que la hacen mi favorita y en la que más sufrí
al ver cada capítulo semanalmente. Qué terrible fue ver cada episodio y no
poder quedar tranquilo cuando cada uno terminaba. Si eso me transmitió la
serie, es que ha cumplido con su función más allá de ser un mero producto
televisivo. Porque las buenas series nos afectan, nos instan a compartirlas con
nuestros amigos, nos instan para conversar sobre ellas o en un grado más exagerado,
nos instan a escribir sobre ellas.
American Horror Story, actualmente se encuentra en su sexta
temporada, ha sido avalada por la crítica y ha ganado un montón de premios, (esto
último da lo mismo cuando una serie te gusta.) principalmente por sus
actuaciones y, por supuesto, tener entre sus actrices a íconos de la industria como son Kathy
Bates o la galardonada Jessica Lange.
Las cuatro primeras temporadas se encuentran en Netflix.
Título American Horror Story: Asylum
Año: 2012
Protagonistas: Jessica Lange, Zachary Quinto, Sarah Paulson, Evan Peters
Creadores: Bras Falchuk, Ryan Murphy
Ficha IMDB: AHS
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