Había una
vez dos tipos en un manicomio y una noche deciden que ya no les gusta vivir en
él. ¡Así que deciden escaparse! Entonces se suben al tejado y ahí, ven las
azoteas de los edificios de la ciudad, que se pierden en el horizonte bajo la
luz de la luna [...] que se pierden hacia la libertad. El primer tipo da un
salto y cruza sin problemas. Pero su amigo no se atreve —porque teme caerse—.
Entonces el que ha saltado tiene una idea y dice: «Llevo una linterna encima
alumbraré con ella la distancia que separa ambos edificios para que así puedas
caminar por el haz de luz». Pero el otro niega con la cabeza, y dice: «¿Pero
acaso crees que estoy loco?. ¡La apagarías cuando fuera por la mitad!».
Joker.
Al ver la película “The Killing Joke”, la nueva
adaptación animada de moda de DC Comics, hay algo que se repite en muchas
partes de la película, la idea del “estar a mitad de camino”, aunque los
senderos recorridos por los personajes, son disimiles.
“The Killing Joke” muestra justamente esos caminos,
como rumbos que los personajes han tomado, pero que definitivamente no están aún
por llegar a destino. Por esto, es posible aún enmendar esos rumbos o transitar
los mismos, pero por otros motivos, aun cuando al cambiar los motivos, el
camino no es el mismo, pues siendo otro el motivo, se transforma mínimamente el
suelo donde uno se mueve.
Por otra parte, está la cuestión de la broma, la
broma tomada aquí como tragedia; pues que es la broma para el Joker y Batman más
que la tragedia de estar encaminados a enfrentarse fatalmente.
Hay una Broma Asesina y es la que ha tomado de rehén
a Batman y el Joker, uno de ellos aún espera enfrentarse a esa broma, ayudando al
otro, pero el otro estando en el medio del abismo (que ya no es precisamente un
camino) se esmerara en “probar un punto”, que la broma puede atrapar a todos,
pues es trágica posibilidad y condición de la vida misma, y lo único que quedaría
es reírse con ella.
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