Puede que V for Vendetta sea una película más que recomendable para ver o rememorar este día, pero de lo que se trata acá es de poner un poco en juego lo que sus palabras nos dicen, su historia nos llama a recordar y sus apologías nos llaman a atesorar. Bien, la película está basada en el cómics “V de Vendetta” escrito por Alan Moore e ilustrado por David Lloyd, está repartida en 10 volúmenes publicadas entre 1982 y 1988. Su historia comienza en un futuro 4 de noviembre en lo que se llamaría una distopía, es decir en un futuro ficticio opuesto a una utopía. Inglaterra vive bajo una dictadura ultraconservadora y fascista llamado Fuego Nórdico, al frente del cual se encuentra el líder Adam Sutler.
Evey Hammond (Natalie Portman) es una
joven mujer que trabaja para la British Television Network (BTN), la cadena de
televisión del gobierno la cual es salvada por un enigmático enmascarado autodenominado
como V (Hugo Weaving), ante el ataque de dos agentes de la policía secreta quienes
querían abusar ella. Después de esto V la invita a presenciar la destrucción
del edificio Old Bailey, un acto perpetrado por el mismo V. Al día siguiente,
un 5 de Noviembre, la cadena BTN es tomada por V, quien desde allí envía un mensaje
en el que asume la autoría del atentado al Old Bailey y le pide a la población
que le acompañen el 5 de Noviembre del año próximo, fecha en la que promete
destruir el Parlamento del Reino Unido.
Ante la amenaza de ser arrestada por ser cómplice
de V, Evey decide refugiarse con él, desde ese momento la relación de ambos involucrara
reconocimientos, mentiras, enseñanzas, transformaciones, etc. La historia hipotéticamente
se trata del potencial revolucionario de una idea, pero es indispensable
detenerse en las palabras iniciales, donde presumiblemente Evey es la que nos
dice “Yo no extraño una idea sino a un hombre”. Es inevitable pensar en lo necesario que es para nosotros otorgarle
un sentido a nuestras acciones, más allá nuestras mismas vidas, y que nuestros
cuerpos sean por decirlo de alguna manera “más que carne, sean una idea y ésta sea
a prueba de balas”. Sin embargo, para que nos transformemos en idea, solo idea,
debemos abandonar, debemos dejar algo de nosotros. La pregunta es ¿qué es lo
que se debe perder en pos de una idea… revolucionaria?
Evey vive ese proceso desgarrador de pérdida
y adjudicación en medio de la historia, y no es el simple proceso de
aprendizaje de una idea, no es el entrenamiento común de un combatiente, no es solo
la internalización de una voluntad creadora, sino que es concretamente la
transformación desde los mismos cimientos de una persona. Y las bases de Evey para
ser sacadas debieron ser arrancadas violentamente y por eso ella es justamente violentada
en todo este proceso. Una transformación donde ella llego a poner en juego su
vida, su humanidad “…encontraste algo que importaba más que tu vida. Al
amenazarte con matarte si no les decías algo tú preferiste morir. Encaraste tu
muerte, Evey.”
Revolución y Humanidad no
precisamente van de la mano, hay que entablar esa distancia a la hora de entenderse
como herramienta revolucionaria. Existe en este caso el ejemplo más provocativo
en el caso de la Unión Soviética, donde construir la mayor contraposición de la
historia al capitalismo fue precisamente a costa de delimitar las libertades
individuales, en pos de un aparato disciplinario y autoritario, en pos de una
idea y en contra de otra.
Alguna vez nos tenemos que preguntar si
solo podemos actuar como sujetos de cambio, mas no como revolucionarios, pues
la revolución es ir más allá de nuestra vida, nuestro contexto, nuestros
cuerpos, implica en algún sentido quitarnos algo de humanidad. Es esto
precisamente lo que puede hacer notar la primera escena de V de Vendetta en palabras
de Evey…
“Nos dicen que
recordemos la idea, no al hombre porque los hombres fallan. Los pueden atrapar,
los pueden matar y olvidar. Pero 400 años después, una idea todavía puede
cambiar el mundo. Yo he visto el poder de las ideas. He visto a gente matar en
su nombre y morir defendiéndolas. Pero uno no puede besar una idea. No puede
tocarla ni abrazarla. Las ideas no sangran, no sienten dolor. No aman. Yo no
extraño una idea sino a un hombre. Un hombre que me hizo recordar el 5 de
noviembre. Un hombre al que nunca olvidaré.”
Finalmente hay precisamente acá la
cruel demarcación de lo que implica una idea revolucionaria, que yendo más
lejos de la carne, de la vida… pierde su humanidad, pues para que sobreviva
debe sobrepasar las limitaciones humanas, pues el humano es precisamente y todo el tiempo posibilidad, pero a la vez limite. Y estas
limitaciones acaso, no son también el tocar, el abrazar, el afecto, la
posibilidad del dolor, la chance de la herida, incluso la memoria, incluso el
mismo acto de amar. Evey finalmente, aun comprendiendo a totalidad la finalidad
y el ideal de V, no pudo desmarcarse del espacio y del tiempo humano, en el que
aún puede aún extrañar y atesorar a un humano, más que a una idea.
Titulo: V for Vendetta
Año: 2005.
Dirección: James McTeigue.
Basado en el cómics V for Vendetta (1982-1988) Vertigo Cómics.
Titulo: V for Vendetta
Año: 2005.
Dirección: James McTeigue.
Basado en el cómics V for Vendetta (1982-1988) Vertigo Cómics.